martes, 23 de julio de 2013

Convocatoria Cívica


 

He signat el manifest de Convocatòria Cívica i m'he mostrat disposar a col·laborar-hi.
Vivim moments d'emergència política que necessiten respostes assenyades. Necessitem articular moviments plurals en una convergència programàtica de mínims indispensable per plantejar una alternativa política amb garanties d'èxit. Aquesta resposta va més enllà de la partidària, però no al marge -i menys en contra- de les organitzacions existents. Hi ha diverses iniciatives en aquest sentit, tant de bo acabin confluint en una de més àmplia base. Tant de bo Convocatòria Cívica contribueixi a aquesta síntesi.
No cal que m'estengui en els arguments, només que us faciliti l'accés al manifest fundacional per a que hi poseu la lletra a la música que us he suggerit.
Sí cal, si és que us acaba de convèncer, que us afegiu a la llista.

jueves, 4 de julio de 2013

EL REY DEL POLLO ESCALDADO



Ramoncín es un personaje que concita antipatías allí por donde pasa. Su talante no le ayuda, ni su errática trayectoria pública. Ahora ha sido pitado por una parte del público del concierto soberanista del sábado 29 de junio en el Camp Nou. Sin embargo, los pitidos se produjeron específicamente en dos momentos de su intervención, lo que demuestra que no se le pitó por ser quien es, sino por lo que dijo.
El primer episodio se produjo cuando clamó un “Visca Catalunya y viva España republicana”. A nadie se le escapa que la pitada se debió a la escucha de la palabra España, puesto que nadie en aquel recinto protestaría por dar vivas a Cataluña, ni tampoco por la mención republicana. Estando así las cosas, por mucho que otro sector del independentismo quiera dar la imagen de que se está por un proceso integrador y tolerante, en realidad existe en su seno un poso de rechazo visceral, antiespañol sin matices, que delata las dificultades para un entendimiento futuro entre el estado español y un hipotético estado catalán. Si ese papanatismo se hiciera con las riendas del proceso es como para provocar sudores fríos. Y no está tan lejos como pudiera parecer.
El segundo momento vino a raíz de un desafortunado “Viva Cataluña y viva Palestina”. Digo desafortunado porque la situación de Cataluña y la de Palestina no tienen nada que ver, no creo que haya que argumentarlo. Sin embargo, no se le pitó por haberse pasado de frenada, por supuesto. Creo que Ramoncín, sin pensar demasiado, quiso lanzar un mensaje solidario hacia un pueblo manifiestamente oprimido, y que se le pitó porque dicha solidaridad no existe para un nutrido ámbito independentista. El decantamiento de CiU hacia el lado del todopoderoso Israel es constatable, también en otras tendencias. En realidad, este movimiento no es una rebelión popular contra las élites de poder en España, como algunos se empeñan en creer o hacer creer, sino una rebelión de las clases medias y medias-altas como respuesta a una situación económica de incertidumbre. Es una reacción homologable a la que se promueve en Alemania hacia los países del Sur. También, es evidente, tiene una componente de indignación ante el afán recentralizador de un PP insensible e insensato.
No sé si el rey del pollo frito salió escaldado, pero debería pensárselo dos veces antes de meterse en berenjenales. Bastante tiene con las sospechas sobre trapicheos en la SGAE y otras lindezas… Pero quiero romper una lanza a su favor. Nunca olvidaré sus conciertos de finales de los ochenta, cuando estuvo cerca de ser el Springsteen español, dándolo todo en el escenario durante tres o más horas, como hizo en Santa Coloma de Gramenet una noche de Festa Major en la que, después de los bises, cuando ya nos marchábamos ahítos de rock&roll, volvió a salir al escenario gritándonos: “Pero adónde vais”. Y allí siguió con su banda un buen rato más, en pleno éxtasis. De aquella época nos legó uno de los mejores discos de directo que jamás se hayan registrado por aquí: Al límite, vivo y salvaje (BMG, 1990). Inolvidables también su disco La vida en el filo, de 1986, y algunos himnos como Hormigón, mujeres y alcohol, de 1981.